¿Por qué me duele un hombro y cuando me lo tratan no mejora? ¿Por qué me duele una rodilla pero cuando la valora un médico o fisioterapeuta no encuentra nada en particular que lo justifique? ¿De qué son estos dolores de cabeza que se repiten si no tengo nada que los expliquen?
Estamos acostumbrados a tener dolores y buscar la causa
exactamente en esa zona, quizás una tendinitis, quizás una contractura, quizás
una artrosis….
Es frecuente ir al médico o al fisioterapeuta y que nos
valore exhaustivamente la zona y no se encuentre nada definido, más bien un
dolor generalizado, vago, difuso, que no lleva a un diagnóstico claro y
concreto. Muchas de estas lesiones acaban nombrándose como “…debe ser una
tendinitis…” o “…tiene usted gonalgia…” (es decir, dolor de rodilla, sin
concretar nada más) o “lumbalgia”,
“cervicalgia”, ….. Pero ninguno de estos nombres nos explica el origen o motivo
del dolor, porque muchas veces no lo sabemos (el cuerpo sigue siendo un gran
misterio para la ciencia) o porque faltan pruebas para concretarlo.
Desde hace años se viene hablando de los dolores referidos,
que no son más que aquellos dolores que se manifiestan a distancia de donde
realmente está la lesión o problema. Un claro ejemplo sería un infarto cardíaco
y los dolores que puede producir en mandíbula, hombro o brazo.
A veces un dolor de hombro puede ser por un problema de un
músculo en la espalda, por una alteración en alguna víscera u órgano, un
espasmo del diafragma o incluso un problema ginecológico. Son tantas las
posibilidades que en ocasiones se hace difícil llegar al origen real del
problema.
Cuando nos encontramos con dolores desconocidos, de difícil
diagnóstico, que no ceden con tratamientos convencionales de fisioterapia o
médicos es cuando surge la necesidad de terapias distintas que sí tratan de
acercarse y miran el problema desde otra perspectiva. Son muchas las terapias
que están surgiendo con grandes resultados para estos pacientes que
tradicionalmente eran desahuciados en su dolor, abandonados a un “debe aprender
a vivir con ello”. Entre ellas destacan, por lo extendidas que están, la
osteopatía o la punción seca.
En Osteopatía es
frecuente tratar bloqueos a distancia del dolor, con tratamientos estructurales,
viscerales o craneales porque se ve al cuerpo más como una unidad que como un
conjunto de partes sin relación unas con otras.
Los Tratamientos Miofasciales de puntos gatillo (puntos o zonas muy irritadas cuya
palpación produce gran dolor local o a distancia) con punción seca están
también siendo de gran ayuda en el tratamiento de estos dolores.
Diversos estudios sugieren que muchas patologías son síndromes (conjunto de signos y síntomas) de origen miofascial (es decir,
tratables con punción seca u otras terapias que actúen sobre puntos gatillo).
Es el caso de las cefaleas tensionales, donde se dice que hasta el 100% podrían
serlo; o de muchas mal diagnosticadas fibromialgias, ciáticas, codos de tenis,
reumatismos no articulares …
Es frecuente operarse de una fascitis plantar, o de una
rodilla, o un hombro, y que siga doliendo después de la cirugía o
infiltraciones repetidas que no alivian. Sin embargo la punción seca (punción
con aguja de acupuntura de puntos gatillo) ha demostrado en varios de esos
casos una eficacia extraordinaria.
¿Hasta qué punto estamos operando o infiltrando lesiones que
podrían ser tratadas de manera mucho menos agresiva, lesiva y con mucho menos
impacto emocional y económico (bajas que se prolongan, necesidad de ayudas
externas, etc)?
Aunque no son los únicos caminos, el desarrollo y
generalización de estas terapias solo pueden llevarnos a mayor eficacia de
curación, menor número de intervenciones quirúrgicas innecesarias y a
proporcionar esperanza en casos donde no la había.
Para más información puede consultarnos en info@fisiorobertosantiago.es